Creo que a una inmensa mayoría nos agrada que nos regalen cosas.
Conseguir aquello que nos gusta es muy gratificante, y si encima nos lo dan gratis es mucho mejor.
Y Dios ha prometido darnos aquello que pidamos, si permanecemos en Cristo.
Sin embargo, nuestra naturaleza egoísta nos lleva, una y otra vez, a confundir a nuestro Señor con aquél genio esclavo de la lámpara maravillosa.
Nos acercamos a Él por interés, pidiendo aquello que nos atrae, en vez de clamar por lo que Dios quiere hacer.
Le damos la vuelta al Padrenuestro y buscamos satisfacer primero nuestras apetencias y después, si acaso, pedimos para que se haga su voluntad.
Pedimos y no recibimos porque nos centramos en nosotros mismos, sin percatarnos de que Dios nos ama y Él ya tiene cuidado de nosotros.
Por ello, cuando vayas a pedir algo a Dios, recuerda el pasaje de Mateo 6:33:
«Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas«.
Nos vemos.
¿Me ayudas a compartirlo? Muchas gracias
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