«Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites» Santiago 4:3

Creo que a una inmensa mayoría nos agrada que nos regalen cosas.

Conseguir aquello que nos gusta es muy gratificante, y si encima nos lo dan gratis es mucho mejor.

Y Dios ha prometido darnos aquello que pidamos, si permanecemos en Cristo.

Sin embargo, nuestra naturaleza egoísta nos lleva, una y otra vez, a confundir a nuestro Señor con aquél genio esclavo de la lámpara maravillosa.

Nos acercamos a Él por interés, pidiendo aquello que nos atrae, en vez de clamar por lo que Dios quiere hacer.

Le damos la vuelta al Padrenuestro y buscamos satisfacer primero nuestras apetencias y después, si acaso, pedimos para que se haga su voluntad.

Pedimos y no recibimos porque nos centramos en nosotros mismos, sin percatarnos de que Dios nos ama y Él ya tiene cuidado de nosotros.

Por ello, cuando vayas a pedir algo a Dios, recuerda el pasaje de Mateo 6:33:

«Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas«.

 

Nos vemos.

¿Me ayudas a compartirlo? Muchas gracias

 

Imagen de portada por Sharon McCutcheon en Unsplash