«Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites» Santiago 4:3

Creo que a una inmensa mayoría nos agrada que nos regalen cosas.

Conseguir aquello que nos gusta es muy gratificante, y si encima nos lo dan gratis es mucho mejor.

Y Dios ha prometido darnos aquello que pidamos, si permanecemos en Cristo.

Sin embargo, nuestra naturaleza egoísta nos lleva, una y otra vez, a confundir a nuestro Señor con aquél genio esclavo de la lámpara maravillosa.

Nos acercamos a Él por interés, pidiendo aquello que nos atrae, en vez de clamar por lo que Dios quiere hacer.

Le damos la vuelta al Padrenuestro y buscamos satisfacer primero nuestras apetencias y después, si acaso, pedimos para que se haga su voluntad.

Pedimos y no recibimos porque nos centramos en nosotros mismos, sin percatarnos de que Dios nos ama y Él ya tiene cuidado de nosotros.

Por ello, cuando vayas a pedir algo a Dios, recuerda el pasaje de Mateo 6:33:

«Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas«.

 

Nos vemos.

¿Me ayudas a compartirlo? Muchas gracias

 

Imagen de portada por Sharon McCutcheon en Unsplash

David Gómez
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.