Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Filipenses 4:13)
La vida tiene muchas sorpresas esperándonos. Y muchas de ellas no serán agradables. Pero, en toda circunstancia, podemos estar seguros de que Cristo nos fortalecerá.
Hay momentos en los que las circunstancias nos sobrepasan.
Son esos momentos en los que las fuerzas se acaban, los caminos se vuelven imposibles y los amigos desaparecen.
Circunstancias en las que se disparan las ventas de libros de autoayuda, las consultas a los coachs y la lectura de frases motivadoras.
Expresiones como resiliencia, auto motivación, auto conocimiento, mindfulness o meditación se ponen en boca de todos y copan las búsquedas de Google.
Y con ellas conceptos como diseño de la trayectoria vital, empoderamiento, y tantos y tantos otros, se vuelven prioritarios. Incluso entre muchos cristianos.
Aunque cuando el río suena…, por tanto veamos algunas de ellas por si acaso:
- La resiliencia es la capacidad de soportar y recuperarse de la adversidad.
- La auto motivación es la capacidad de continuar adelante, hasta llegar a la meta, a pesar de las circunstancias.
- El mindfulness es la habilidad de percibir de forma consciente lo que estás viviendo sin rechazarlo, sin juzgarlo o sin intentar apegarte al pasado. Aprender a disfrutar de cada momento.
- Y la meditación consiste en reflexionar sobre el significado de los hechos que te rodean para mejorarlos.
Es decir que con todas estas técnicas se busca ser verdaderamente conscientes de lo que ocurre y de aceptarlo, pensar acerca de las circunstancias de la vida, aprender a soportar la adversidad, recuperarse de ella y animarse para seguir adelante a pesar de los problemas. Y así, tomar el control de la vida y dirigirla a la meta de la realización personal y de una vida con significado.
Si lo piensas bien realmente suena prometedor. Y sería muy interesante, si no fuera porque todo esto no es sino una mala imitación de la vida en el Espíritu.
Así que veamos qué nos dice Dios al respecto, y para ello vamos a la Epístola a los Filipenses, capítulo 4, versículo 13: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Este versículo es una poderosa afirmación de fe que proviene de alguien que ha experimentado lo que significa confiar en Dios. Y es una declaración de victoria ante cualquier circunstancia pasada, presente o futura.
Una frase sencilla y corta, pero que muestra que la fe en Dios supera con creces cualquier intento humano de sobreponerse a la adversidad.
Además, esta capacidad para vencer, de la que habla el apóstol Pablo, no es algo que dependa de nuestra habilidad ni de nuestras fuerzas ni de nuestro conocimiento, sino que es un poder que proviene del mismo Dios, y que nos confiere la capacidad de soportar, y vencer, cualquier tribulación y cualquier tentación.
Porque no hay límites a las circunstancias que podemos vencer con ella. Ni tan siquiera la propia muerte puede derrotarnos.
Y para conseguir esta capacidad de victoria solo es necesario aferrarte a Dios y consagrar tu vida a tu Señor.
Por ello, si tienes fe, ¿para qué necesitas desarrollar resiliencia, cuando Cristo nos otorga la capacidad de resistir y vencer cualquier circunstancia?
Así que, ¿para qué necesitas encontrar auto motivación en tu interior cuando El Espíritu Santo nos recuerda que va a estar con nosotros guiándonos y fortaleciéndonos hasta el fin?
¿Y por qué desarrollar el mindfulness cuando la Palabra de Dios ya nos muestra claramente que sin él no somos más que pecadores destinados al infierno, pero que en Cristo somos hechos hijos de Dios?
¿O qué mejor meditación que pasar tiempo en oración y dejando que la Palabra de Dios moldee nuestra vida?
Sólo la fe en Cristo nos va a otorgar verdadera fortaleza y nos convierte en más que vencedores.
Así que, si a pesar de mi explicación inicial sigues sin tener ni idea del significado de aquellas palabras o conceptos que te mostré al principio, o de cómo desarrollarlos, no te preocupes, porque si tienes a Dios en tu vida, y sigues sus mandamientos, no te hacen la más mínima falta.
Ya que vivas lo que vivas siempre sabrás que “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Que Dios te bendiga.
Imágenes originales para la foto de portada por Pedro Sanz y Constant Loubier en Unsplash