«Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos» (1ª de Samuel 8:7)

Israel era un pueblo sin rey. O, para ser más preciso, era un pueblo cuyo rey era Dios.

Exactamente el mismo modelo que Él quiere para su iglesia.

Sin embargo, Israel prefirió un rey humano, y trasladaron la exigencia a Samuel.

Lo curioso es que en la iglesia pasa lo mismo.

¿Por qué?

Porque para relacionarse con Dios hace falta una actitud de búsqueda, santidad y humildad, mientras que para relacionarse con un ser humano no.

Cristo es la cabeza del cuerpo. Pero cuando necesitamos guía o dirección es más fácil acudir al pastor con la intención de que nos traiga «la Palabra de Dios para nuestra vida» que encerrarnos en nuestro aposento y clamar a Dios, tal y como nos insta Jesús:

«Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público» (Mateo 6:6).

Así intentamos eludir nuestra responsabilidad de una vida de santidad.

Y en vez de acercarnos a Dios, para buscar su voluntad, nos volvemos a los hombres para que actúen como intermediarios nuestros ante Él.

Quizá con la esperanza añadida de poder negociar si lo que nos dicen no nos gusta.

De este modo dejamos de tener a Dios como nuestra referencia y guía, y convertimos al pastor o al anciano en el señor de nuestras vidas.

Respeta al pastor o a los ancianos, Dios los ha establecido para colaborar en la edificación de los creyentes. Considera sus opiniones, pero piensa que ningún ser humano podrá hacer lo que Dios nos promete por medio del profeta Jeremías:

«Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces» (Jeremías 33:3).

Todos los seres humanos fallan, es por ello que la única guía infalible, el único Señor de tu vida, el único en quien vas a encontrar salvación es Dios.

No lo deseches.

 

 

Imagen de portada por Ben White en Unsplash