La paz os dejo, mi paz os doy
Aunque Jesús nos avisó de pruebas y dificultades, también fue contundente en su promesa: La paz os dejo, mi paz os doy.
Aunque Jesús nos avisó de pruebas y dificultades, también fue contundente en su promesa: La paz os dejo, mi paz os doy.
Dios nos ha llamado para llevar a un mundo perdido la luz y la vida de Cristo. Por eso, Pablo nos recuerda, «no os conforméis a este siglo». ¡Vivamos como hijos de Dios!
No dejes que el afán y la ansiedad destruyan tu vida. Descansa y confía en Dios, y verás como tu vida se llena de paz, gozo y victoria.
Solo cuando confiamos en Dios y echamos nuestra ansiedad a sus pies podremos vivir una vida de gozo y libertad, porque habremos aprendido que él tiene cuidado de nosotros.