Orad sin cesar
Orad si cesar, porque si no dedicamos tiempo, constancia y esfuerzo a crecer en la fe, nuestra vida nunca dejará de ser mediocre.
Orad si cesar, porque si no dedicamos tiempo, constancia y esfuerzo a crecer en la fe, nuestra vida nunca dejará de ser mediocre.
Todos los seres humanos tienen fe. La cuestión es fe, ¿en qué o en quién?
Con la instrucción «dad gracias», el apóstol Pablo nos está enseñando que esa es la mayor demostración de confianza en su cuidado.
Fíate de Jehová. No hay mejor consejo para alcanzar una vida de gozo y victoria espiritual que el que hayamos en el libro de Proverbios.
Aunque los problemas agoten nuestra esperanza, los que esperamos a Jehová recibiremos siempre de Él la fuerza para seguir adelante un día más.
Desde el momento en que pongas tu vida a los pies de Cristo vas a sufrir persecución. Pero Dios nos ha dado espíritu de poder, amor y dominio propio para hacernos más que vencedores.
Buscar primeramente el reino de Dios y su justicia no es una sugerencia de Jesús, sino una necesidad imperiosa si queremos vivir en victoria.
Nunca permitas que las circunstancias te derroten y te alejen de Dios. Confía en Él, esfuérzate y se valiente, y alcanzarás la victoria.
Solo cuando confiamos en Dios y echamos nuestra ansiedad a sus pies podremos vivir una vida de gozo y libertad, porque habremos aprendido que él tiene cuidado de nosotros.
La vida cristiana es una vida de oración, pero también de acción; de lucha, pero también de victoria; de retos, pero también de esperanza y fe.